
El mártir
A principios del mes de junio ponemos en nuestro sitio varios artículos sobre la FUERZA, incluyendo el acto más heroico y el más perfecto es el martirio.
Añadimos un testimonio: el del obispo Ngo Dinh Thuan . Aunque no murió mártir en el sentido propio del término, sufrió el martirio en Vietnam durante años bajo el régimen comunista.
El libro de Anne Bernet merece ser leído, en nuestros tiempos convulsos. Dará a los católicos, tibios por el confort ambiental, el coraje para soportar sus - pequeñas - dificultades; despertará, esperamos, entre los jóvenes el deseo de entregarse exclusivamente al servicio del Reino de Nuestro Señor: "Ven y sígueme" !
Padre Dominique Rousseau
3 de julio de 2020, fiesta de san Ireneo, mártir de Lyon
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Testimonio de un héroe de la fe católica
" Yo mismo viví en prisión del sufrimiento de la Iglesia. Empecé, en esos momentos, a comprender mejor el significado del martirio. No el martirio cruento que sin embargo era una posibilidad que veía ante mí, sino el martirio de una vida que no pone límite -ni siquiera el de su propia conservación- por amor a Dios , fidelidad a la unidad y comunión de la Iglesia, para el servicio del evangelio.
El cristiano no desprecia la vida. Y sin embargo, mi fe no fue negociada . No me rendí a ningún precio, ni siquiera para tener una vida feliz. Parecía entender un poco más lo que es el martirio. : es no poner límite al amor del Señor, ni siquiera el límite tan natural de la propia salvación, de la propia vida, de la propia felicidad.
No sabemos cuántos lo han mirado en la soledad de la prisión, en las horas finales después de la sentencia de muerte, en las largas noches de espera de la mano asesina que sabemos inminente, en el frío del campo, el dolor y la cansancio de paseos sin sentido.
No sabemos cuántos han levantado sus ojos hacia Él y conformado su vida a Su martirio. Son numerosos, más numerosos de lo que creemos. Muchos han pensado en Él intensamente y no han perdido el alma. Encontraron una fuerza que asombró a sus verdugos, que los consideraron vencidos, como objetos frágiles en sus manos. Un siglo como el que acaba de terminar, tan lleno de bienestar, de apego a la vida y de miedo a perderla, fue también el siglo del mártir cristiano. No son unos pocos, no es una rara excepción. Pero una gran multitud que no es fácil de contar. Cientos de miles de hombres y mujeres.
Muchos testimonios sobre ellos no nos han llegado. Otros fueron celosamente guardados en sus archivos por sus verdugos. Los nombres de algunos han sido arrastrados por el barro, añadiendo ignominia al martirio.
Son una inmensa multitud que nadie puede contar. »
Ana Bernet
Obispo Thuan – Un obispo frente al comunismo (P. 485-486)
Ediciones Tallandier, 2018