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Lo ridículo y lo grotesco


Por favor… queridos amigos que me leen, ¡no se rindan al miedo !

Los gerentes de las tiendas a veces te obligan a ponerte máscaras para comprar los productos necesarios para tu vida. De lo contrario no entras, no compras. ¿Signo de la bestia?

Pero por favor... en iglesias , capillas... no seáis estúpidos y gregarios.  en este punto.

Señoras, cúbranse la cabeza y vístanse decentemente, por supuesto: como mujeres católicas y sin querer complacer al mundo.

Señores, afeiten su barba, vístanse apropiadamente (no en jeans-zapatillas deportivas).

 

Y que en la iglesia todo el mundo tiene el rostro descubierto con esa máscara ridícula que oculta los rasgos que el Buen Dios os ha dado.  

 

Y que en el cuenco de limosna que se os ofrece en el ofertorio, no temáis deslizar vuestra donación, para los sacerdotes que viven sólo de vuestras limosnas. ¿Cuándo es el pago sin contacto?

 

¡Y que en el momento de la Sagrada Comunión os acerquéis humildemente, con las disposiciones requeridas, a este Dios hecho Carne, que ha venido por vosotros, vuestra salvación y vuestra Eternidad!

 

Que el sentido común en la iglesia no pierda sus derechos.

Martín Dalbanne
23 de mayo de 2020

 

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