
San Luis María Grignion de Montfort
oración ardiente
1. Memento, Domine, Congregationis tuae, quam possedisti ab initio. Acuérdate, Señor, de tu Congregación que has poseído desde toda la eternidad, pensando en ella en tu mente ab initio; que tuviste en tus manos, cuando sacaste el universo de la nada ab initio; que poseías en tu corazón, cuando tu amado Hijo muriendo en la cruz lo roció con su sangre y lo consagró con su muerte, encomendándolo a su santa Madre.
2. Escucha, oh Señor, los designios de tu misericordia; levanta a los hombres de tu derecha, como los has mostrado, dando conocimiento profético a algunos de tus más grandes servidores, a San Francisco de Paula, a San Vicente Ferrier, a Santa Catalina de Siena, y a tantas otras grandes almas en el siglo pasado e incluso en el que vivimos.
3. Memento : Dios todopoderoso, acuérdate de esta compañía aplicándole la omnipotencia de tu brazo que no se acorta, para engendrarla y conducirla a la perfección: Innova signada, immuta mirabilia, sentiamus adjutorium brachii tui: Oh gran Dios , que puedes hacer de las piedras ásperas tantos hijos de Abraham, hablar una sola palabra en Dios para enviar buenos obreros a tu mies y buenos misioneros a tu Iglesia.
4. Memento : Dios misericordioso, recuerda tus antiguas misericordias, y por estas mismas misericordias recuerda [tú] a esta congregación; acordaos de las repetidas promesas que nos habéis hecho por vuestros profetas y por vuestro mismo Hijo para concedernos nuestras justas peticiones. Acordaos [recordad] de las oraciones que vuestros siervos y siervas os han hecho sobre este asunto durante tantos siglos; que sus deseos, sus sollozos, sus lágrimas y su sangre derramada lleguen a tu presencia para solicitar poderosamente tu misericordia. Pero sobre todo acuérdate de tu amado Hijo: respice in facem Christi tui. Su agonía, su confusión y su lamento amoroso en el Huerto de los Olivos cuando dijo: quæ utilitas in sanguine meo, su muerte cruel y su sangre derramada claman misericordia, para que, por medio de esta Congregación, su imperio pueda ser establecido sobre las ruinas de la de tus enemigos.
5. Memento : recuerda, Señor, esta Fraternidad en los efectos de tu justicia. Tempus faciendi, Domine, dissipaverunt legem tuam: es hora de hacer lo que prometiste hacer. Tu ley divina ha sido transgredida, tu evangelio ha sido abandonado, los torrentes de iniquidad inundan toda la tierra y arrastran aun a tus siervos, toda la tierra está desolada, la impiedad está entronizada, tu santuario está profanado y el lugar santo es abominación. ¿Abandonarás todo así, Señor justo, Dios de venganza? ¿Será todo eventualmente como Sodoma y Gomorra? ¿Estarás siempre en silencio?
¿Siempre sufrirás? ¿No debe hacerse tu voluntad en la tierra como en el cielo y venir tu reino? ¿No ha adelantado a algunos de sus amigos una futura renovación de su Iglesia? ¿No deberían los judíos convertirse a la verdad? ¿No es esto lo que espera la Iglesia? ¿No te claman todos los santos del cielo justicia: vindica? ¿No te dicen todos los justos de la tierra: amén, ven, Domine? Todas las criaturas, incluso las más insensibles, gimen bajo el peso de los innumerables pecados de Babilonia y piden tu venida para restaurar todas las cosas: omnis creatura ingemiscit, etc. [cf. Romanos 8.22]
6. Señor Jesús, memento Congregationis tuæ : acuérdate de dar a tu Madre una nueva Compañía para renovar todas las cosas por medio de ella y terminar con María los años de gracia, como con Ella los comenzaste.
Da matri tuæ liberos, aloquin moriar : dale hijos y siervos a tu Madre, si no, me muero.
Da Matri tuæ: es por vuestra Madre que os ruego.
Acuérdate de sus entrañas y de sus pechos y no me desanimes. Recuerda quién eres y escúchame.
Recuerda lo que ella es para ti y lo que eres tú para ella, y cumple mis deseos.
¿Qué te estoy preguntando? Nada a mi favor, todo para tu gloria.
¿Qué te estoy preguntando? Lo que podáis y hasta, me atrevo a decir, lo que debáis concederme, como verdadero Dios que sois, a quien se ha dado todo poder en el cielo y en la tierra, y como el mejor de todos los hijos, que ama infinitamente a vuestra Madre.
7. ¿Qué te estoy preguntando? Liberos : sacerdotes libres de vuestra libertad, desprendidos de todo, sin padre, sin madre, sin hermanos, sin hermanas, sin parientes según la carne, sin amigos según el mundo, sin posesiones, sin vergüenza y sin cuidados y hasta sin voluntad de los suyos
8. Liberos : esclavos de tu amor y de tu voluntad, hombres conforme a tu corazón que, sin su propia voluntad que los mancilla y los detiene, hacen todas tus voluntades y vencen a todos tus enemigos, como tantos nuevos Davids, el báculo de la Cruz. y la honda del santo Rosario en las manos: en baculo Cruce y en virga Virgine.
9. Liberos : nubes levantadas de la tierra y llenas de rocío celestial que sin impedimento vuelan en todas direcciones según el soplo del Espíritu Santo. Son ellos en parte de los cuales tuvieron conocimiento vuestros profetas, cuando preguntaron: qui sunt isti qui sicut nubes volant? Ubi erat impetus spiritus illuc gradiebantur. [Eze 1.12]
10. Liberos : pueblo siempre a tu mano, siempre dispuesto a obedecerte, a la voz de sus superiores, como Samuel: præsto sum, siempre dispuesto a correr y sufrir todo contigo y por ti, como los apóstoles: eamus et moriamur cum illo.
11. Liberos : verdaderos hijos de María, vuestra santa Madre, engendrados y concebidos por su caridad, llevados en su vientre, pegados a sus pechos, alimentados por su leche, criados por sus cuidados, sostenidos por su brazo y enriquecidos con sus gracias. .
12. Liberos : verdaderos servidores de la Santísima Virgen que, como tantos santos Domingos, van por todas partes, la antorcha brillante y ardiente del Santo Evangelio en la boca y el Santo Rosario en las manos, ladrando como perros, ardiendo como fuegos e iluminando las tinieblas del mundo como soles, y que, por medio de una verdadera devoción a María, es decir, interior sin hipocresía, exterior sin crítica, prudente sin ignorancia, tierna sin indiferencia, constante sin frivolidad y santa sin presunción, aplasta dondequiera van sobre la cabeza de la serpiente antigua, para que se cumpla plenamente la maldición que le diste: inimicitias ponam inter te et mulierem, inter semen tuum et semen ipsius et ipsa conteret caput tuum.
13. Es verdad, gran Dios, que el demonio, como tú lo predijiste, tenderá grandes emboscadas en los talones de esta misteriosa mujer, es decir en esta pequeña compañía de sus hijos que vendrán sobre el fin del mundo, y que habrá grandes enemistades entre esta bendita simiente de María y la raza maldita de Satanás. Pero es una enemistad enteramente divina y la única de la que eres autor: inimicitias ponam. Pero estos combates y estas persecuciones, que los hijos y la raza de Belial librarán contra la raza de vuestra santa Madre, sólo servirán para hacer estallar aún más el poder de vuestra gracia, el valor de su virtud y la autoridad de vuestra Madre. puesto que le disteis desde el principio del mundo el encargo de aplastar a este hombre orgulloso con la humildad de su corazón y de su calcañar: Ipsa conteret caput tuum.
14. Alioquin moriar : ¿No es mejor para mí morir que verte, Dios mío, cada día tan cruel y tan ofendido con impunidad y estar cada día más en peligro de ser arrastrado por los torrentes crecientes de la iniquidad? Mil muertes me serían más tolerables. O envíame ayuda desde el cielo o llévate mi alma.
Si no hubiera esperado que tarde o temprano responderías a este pobre pecador en interés de tu gloria como ya has respondido a tantos otros: iste pauper clamavit et Dominus exaudivit eum, te diría absolutamente con un profeta: tolle animal meam Pero la confianza que tengo en tu misericordia me hace decir con otro profeta: non moriar sed vivam et narrabo opera Domini, hasta poder decir con Simeón: nunc dimittis servum tuum in pace, quia viderunt oculi mei, etc.
15. Memento : Espíritu Santo, acuérdate de producir y formar hijos de Dios con tu divina y fiel Esposa María. Tú formaste la cabeza de los predestinados con ella y en ella; es con ella y en ella que debéis formar todos sus miembros. No engendráis ninguna persona divina en la Divinidad; pero eres tú solo quien formas todas las personas divinas de la Divinidad, y todos los santos que han sido y serán hasta el fin del mundo son otras tantas obras de tu amor unidas a María.
16. El reino especial de Dios Padre duró hasta el diluvio y fue terminado por un diluvio de agua; el reinado de Jesucristo fue terminado por un diluvio de sangre, pero tu reino, Espíritu del Padre y del Hijo, continúa ahora y será terminado por un diluvio de fuego, amor y justicia.
17 ¿Cuándo vendrá ese diluvio de fuego de amor puro que debéis encender por toda la tierra de manera tan suave y vehemente que todas las naciones, turcos, idólatras y aun judíos serán quemados y
se convertirá?
No es quien se fuga a calore ejus. Accendatur : que este fuego divino que J[esus-]C[cristo] vino a traer a la tierra se encienda antes que vosotros encendáis el de vuestra ira que reducirá toda la tierra a cenizas. Emitte Spiritum tuum et creabuntur et renovabis faciem terrae: envía este Espíritu de fuego a la tierra, para crear allí sacerdotes de fuego, por cuyo ministerio se renueve la faz de la tierra y se reforme tu Iglesia.
18. Memento Congregationis tuæ : es una congregación, es una asamblea, es una elección, es una especie de predestinación que debéis hacer en el mundo y del mundo:
Ego elegi vos del mundo. [Jn 15,19] Es un rebaño de corderos pacíficos que debéis juntar entre tantos lobos; compañía de castas palomas y águilas reales entre tantos cuervos; un enjambre de moscas de la miel entre tantos avispones; una manada de ágiles ciervos entre tantas tortugas; un batallón de bravos leones entre tantas tímidas liebres.
¡Ay! Señor: ¡ Congrega nos de nationibus ! Reúnenos, únenos, para que toda la gloria sea dada a tu santo y poderoso nombre.
19. Tú predijiste esta ilustre compañía a tu profeta, quien la explica en términos muy oscuros y muy secretos pero enteramente divinos: 1. Pluviam voluntariam segregabis, Deus, haereditati tuæ et infirmata est, tu vero perfecisti eam. - 2. Animalia mató habitabunt en ea. Parasti en dulcedine tua pauperi, Deus. - 3. Dominus dabit verbum evangelizantibus virtute multa. - 4. Rex virtutum dilecti dilecti in speciei domus dividere spolia. - 5. Si dormiatis inter medios cleros, pennae columbae deargentatae et posteriora dorsi ejus in pallore auri. - 6. Deus discernit caelestis reges super eam, nive dealbabuntur in Selmon; mons Dei, mons pinguis. - 7. Mons coagulatus, mons pinguis; ut quid suspicamini montes coagulatos. - 9. Mons in quo beneplacitum est Deo habitare in eo, etenim Deus habitabit in finem.
20. ¿Qué es, Señor, esta lluvia voluntaria que has separado y escogido para tu herencia debilitada, sino estos santos misioneros, hijos de María, tu Esposa , a quienes debes reunir y separar del común por el bien de tu Iglesia para que debilitada y tan mancillada por los crímenes de sus hijos?
21. ¿Quiénes son estos animales y estos pobres que quedarán en vuestra herencia y que serán nutridos allí con la dulzura divina que tenéis preparada para ellos, sino estos pobres misioneros abandonados a la Providencia que rebosarán de vuestras delicias divinísimas? si no esos misteriosos animales de Ezequiel que tendrán la humanidad del hombre por su caridad desinteresada y benéfica hacia el prójimo, el coraje del león por su santa ira y su celo ardiente y prudente contra los demonios los hijos de Babilonia, la fuerza de el buey por sus obras apostólicas y su mortificación contra la carne, y finalmente la agilidad del águila por su contemplación en Dios? Tales serán los misioneros que queráis enviar a vuestra Iglesia. Tendrán ojo de hombre para su prójimo, ojo de león para tus enemigos, ojo de buey para ellos mismos y ojo de águila para ti.
22 Estos imitadores de los apóstoles predicarán la virtute multa, la virtute magna, con gran fuerza y virtud, y tan grande y tan brillante que conmoverán todas las mentes y corazones de los lugares donde predicarán. A ellos les darás tu palabra: dabit vobis os et sapientiam cui non poterunt resistere omnes adversarii vestri, que ninguno de sus enemigos podrá resistir.
23. Es entre estos amados que tú, en calidad de Rey de las virtudes de Jesucristo el amado, tomarás tus placeres, ya que no tendrán otro fin en todas sus misiones que darte toda la gloria de la despojos ganarán a vuestros enemigos: Rex virtutum dilecti dilecti et speciei domus dividere spolia.
24. Por su abandono a la Providencia y su devoción a María, tendrán las alas de plata de la paloma; inter medios cleros pennae columbae deargentatae, es decir, pureza de doctrina y moral; y sus espaldas de oro: et posteriora dorsi ejus in pallore auri, es decir, una perfecta caridad hacia el prójimo para llevar sus faltas y un gran amor a J[esús-]C[risto] para llevar su cruz.
25. Tú solo, como Rey del cielo y Rey de reyes, separarás a estos misioneros del común como a tantos reyes para hacerlos más blancos que la nieve en el monte de Selmón, monte de Dios, monte abundante y fértil, monte fuerte y coagulada, montaña en la que Dios se deleita maravillosamente y en la que habita y habitará hasta el fin.
¿Quién es, Señor, Dios de la verdad, esta montaña misteriosa de la que nos hablas tantas maravillas, sino María, tu amada Esposa, cuyos cimientos has puesto en las cumbres de las montañas más altas: Fundamenta ejus in montibus sanctis? Mons en vértice montium.
Dichosos y mil veces dichosos los sacerdotes que habéis elegido y predestinado tan bien para habitar con vosotros en este monte abundante y divino, para llegar a ser allí reyes de la eternidad por su desprecio de la tierra y su elevación en Dios, para hacerse allí más blancos que la nieve por su unión con María, tu hermosísima, toda pura y toda inmaculada Esposa, para ser enriquecidos allí con el rocío del cielo y la grosura de la tierra, con todas las bendiciones temporales y eternas del que María está completamente llena.
Es desde la cima de esta montaña [que], como Moisés, lanzarán flechas con sus oraciones ardientes contra sus enemigos para vencerlos o convertirlos.
Es en este monte donde aprenderán de la boca misma de Jesucristo, que aún vive allí, el entendimiento de sus ocho bienaventuranzas.
Es en este monte de Dios que se transfigurarán con él como en el Tabor, que morirán con él como en el Calvario y que subirán al cielo con él como en el Monte de los Olivos.
26. Memento Congregationis tuæ. Tuæ: solo a ti te corresponde hacer esta asamblea por tu gracia; si el hombre mete allí la mano primero, no se hará nada; si mezcla lo suyo contigo, lo estropeará todo, lo trastornará todo. Tuæ Congregationis : es tu obra, gran Dios. Opus tuum fac: haz tu obra enteramente divina, amasa, llama, reúne de todos los lugares de tu dominio a tus elegidos para hacer de ellos un cuerpo de ejército contra tus enemigos.
27 He aquí, Señor, Dios de los ejércitos, los capitanes que forman compañías completas, los potentados que forman numerosos ejércitos, los navegantes que forman flotas enteras, los mercaderes que se reúnen en gran número en los mercados y ferias? Cuántos ladrones, impíos, borrachos y libertinos se juntan en masa contra ti todos los días y con tanta facilidad y rapidez: un silbato, un tambor, un asomo de espada desafilada que se muestra, una rama de laurel que se promete, una pieza de tierra amarilla o blanca que se ofrece... en tres palabras, un humo de honor, un interés de nada y un mezquino placer de bestia que tenemos a la vista reúne en un instante a los ladrones, recoge a los soldados, junta los batallones reúne a los mercaderes, llena las casas y los mercados y cubre la tierra y el mar con una multitud innumerable de réprobos que, aunque todos divididos entre sí, o por la lejanía de los lazos, o por la diferencia de temperamentos, o por su propio interés, sin embargo, se unen todos juntos hasta la muerte para haceros la guerra bajo el estandarte y la conducta del diablo.
28. Y tú, gran Dios, aunque hay tanta gloria, dulzura y provecho en servirte, ¿casi nadie se pondrá de tu lado en la mano? ¿Casi ningún soldado se alineará bajo sus banderas? Casi ningún San Miguel gritará en medio de sus hermanos, luchando celosamente por tu gloria: ¿Quis ut Deus? ¡Ay! déjame gritar por todas partes: ¡fuego, fuego, fuego! ¡Ayuda ayuda ayuda! ¡Fuego en la casa de Dios, fuego en las almas, fuego también en el santuario! ¡Con la ayuda de nuestro hermano que está siendo asesinado, con la ayuda de nuestros hijos que están siendo masacrados, con la ayuda de nuestro buen padre que está siendo acuchillado!
29. Qui Domini est jungatur mihi : que todos los buenos sacerdotes que están muy extendidos en el mundo cristiano, ya sea que se hayan retirado de la lucha en los desiertos o en las soledades, que estos buenos sacerdotes vengan y se unan a nosotros. Vis unita fit fortior, para que bajo el estandarte de la Cruz formemos un ejército bien preparado para la batalla y bien reglamentado para atacar en concierto a los enemigos de Dios que ya han dado la voz de alarma: sonuerunt, frenduerunt, fremuerunt, multiplicati sunt.
Dirumpamus vincula eorum y projiciamus a nobis jugum ipsorum. Qui habitat en cœlis irridebit eos. [Sal 2,3-4]
30. Exsurgat Deus et dissipentur inimici ejus! Exsurge, Domine, quare obdormis? Exurge. [Sal 43,23] ¡Señor, levántate! ¿Por qué pareces estar durmiendo?
Levantaos en vuestra omnipotencia, misericordia y justicia, para formaros una compañía escogida de guardas, para guardar vuestra casa, para defender vuestra gloria y salvar vuestras almas, que haya un solo rebaño y un solo pastor y todos os den gloria en vuestro templo: et in templo ejus omnes dicent gloriam. Amén.
Dios solo!